- Cabe destacar que los humedales representan ecosistemas estratégicos y de gran importancia para la conservación de la biodiversidad y el bienestar de las comunidades humanas, algunos de sus beneficios son la regulación y protección de inundaciones, tormentas y huracanes.
En México de 1900 a la fecha se ha perdido alrededor del 62 por ciento de los humedales existentes, por ello es urgente trabajar en la restauración de estos espacios que sirven como sitios de alimentación, anidación y descanso de distintas especies de flora y fauna de gran importancia para la biodiversidad, señaló Isabel Mendoza Camacho.
La directora de la asociación civil Sociedad en Acción de Sinaloa (SUCEDE) destacó que en la entidad se cuenta con nueve humedales de relevancia internacional decretados como sitio Ramsar, entre ellos la Laguna Playa Colorada-Santa María La Reforma, que pertenece a los municipios de Angostura y Navolato.
Explicó que la bahía Santa María es uno de los humedales más importantes de México, es hábitat para millones de aves, incluyendo patos, pelícanos, garzas, gaviotas, golondrinas de mar y, por supuesto, miles de aves playeras; además más de 60 mil personas en 10 comunidades viven alrededor de la bahía y su principal fuente de ingreso son las actividades primarias como la pesca y agricultura.
“El potencial biológico de este humedal es muy alto, sin embargo, existen diversos factores que amenazan estos sitios naturales, las prácticas pesqueras inadecuadas, la basura y la contaminación ocasionada por algunas granjas acuícolas”, expuso.
Isabel Mendoza comentó que desde SUCEDE mantienen estrecha coordinación con la academia y otras organizaciones de la sociedad civil para promover el manejo integral de este humedales, donde los protagonistas sean los propios pobladores de esta región.
Cabe destacar que los humedales representan ecosistemas estratégicos y de gran importancia para la conservación de la biodiversidad y el bienestar de las comunidades humanas, algunos de sus beneficios son la regulación y protección de inundaciones, tormentas y huracanes; el almacenamiento de agua y la recarga de mantos acuíferos; el mejoramiento de la calidad del agua; la estabilización de suelos y prevención de deslaves; así como la regulación del clima y el almacenamiento de carbono.