SONAJA 2022. Intentan desestabilizar a la Universidad Autónoma de Sinaloa.

  • Por tres décadas en Sinaloa ha sido factor de estabilidad social.
  • Rémoras buscan volver al pasado y a seguir lucrando.

Felipe Aurreola.

felipeaurreola1@gmail.com

La Universidad Autónoma de Sinaloa ha sido, a lo largo de casi tres décadas, un factor de estabilidad social en el estado de Sinaloa.

En los años setentas, ochentas y buena parte de los noventas sufrió embates desde el exterior, puntualmente de gobiernos estatales entre los que sobresale el encabezado por Antonio Toledo Corro.

Empero, lo mismo ocurría en su interior, donde grupos y células de diversa denominación de izquierda se disputaban los espacios de poder y control.

Hubo un periodo en la vida de la UAS en la que, a pesar de sus carencias presupuestales, ocurrían despilfarros y excesos particularmente en los procesos de sucesión rectoral.

Las campañas en su interior eran viles calcas de  campañas priistas, con excesos, movilizaciones, derroches, conciertos en eventos electorales internos, distribución de apoyo$ y múltiples promesas.

Hubo un ligero periodo de estabilidad bajo las administraciones de David Moreno, Rubén Rocha Moya, Audomar Ahumada.

La transformación de la Universidad Autónoma de Sinaloa se dio a partir del rectorado de Héctor Melesio Cuén Ojeda.

La consolidación de relaciones interinstitucionales de manera horizontal, los cambios de paradigmas internos, la priorización de objetivos, la búsqueda de la calidad académica, la gestión permanente de recursos para mejorar la infraestructura universitaria, la sacudida de grupos y personajes amafiados a los que se le procuró dar la salida digna de la jubilación y retiro; fueron algunas de las acciones para empezar la transformación de la UAS.

Ello se fortaleció con un proyecto transrectoral, que generó resistencias que hoy persisten.

El camino ha sido relativamente tranquilo, primeramente, con Héctor Melesio Cuén; seguido del doctor Víctor Antonio Corrales, posteriormente Juan Eulogio Guerra Liera y, en la actualidad, el doctor Jesús Madueña Molina.

A raíz del triunfo de MORENA en Sinaloa, por medio de una alianza entre los ex rectores Rubén Rocha Moya y Héctor Melesio Cuén, como cabezas de partido; uno candidato del partido hegemónico pero sin estructura estatal y otro como dirigente del Partido Sinaloense se confió en que la Universidad seguiría creciendo de manera ordenada hasta su proyección internacional, que ya la tiene.

Sin embargo, en las ultimas semanas aquellos que somos sinaloenses hemos visto que los desencuentros políticos, entre los otrora aliados, se han trasladado a la arena universitaria. Todo por los celos políticos que miran al proceso electoral federal 2024.

En todo el Gobierno del Estado, en Gobiernos municipales y en organismos para estatales y para municipales existen personas que prestan sus servicios y son egresados, estudiantes, jubilados o pensionados emanados de la UAS.

Muchos de estos, pero muchos, son gentes que abrevaron del periodo de conflicto y crisis recurrentes internas de la UAS; y, que hoy, en otras posiciones de poder pretenden cobrar facturas y saciar sus resentimientos. Suman centenas los que siguen recibiendo recursos de la UAS via pensiones y jubilaciones, además de las del IMSS.

Suman cientos los ex universitarios que no tienen necesidad de trabajar pero están abrevados a los gobiernos, al igual que centenas de enemigos de la izquierda nacionalista y revolucionaria, de la UAS; llámense estos panistas o priístas que han recibido la bendición de la Cuarta Transformación.

Y muchos de estos son los que están atizando el conflicto entre dos ex aliados y que pretenden trasladarlo a la arena interna universitaria.

Ni la UAS ni Sinaloa se merecen eso.

En el fondo son apetitos de poder, en los que están involucrados personajes del primer círculo; desde los especialistas en el cuchicheo hasta quienes aprovechan las querencias.

Al gobernador del estado de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, lo han subido a un ring que vulnera su imagen y no ha sido por voluntad propia.

En este zumbadero de avispas hasta el presidente del Congreso de Sinaloa, Feliciano Castro se ha sumado.

De manera temeraria; quien también vivió y medró en la UAS, afirma que la UAS desde hace muchos años está bajo el control político del Partido Sinaloense, lo que es inaceptable tanto para la universidad como para Sinaloa y es responsabilidad en primer lugar del rector velar por el ejercicio autonómico de la institución.

“No es un asunto de declaraciones; es la realidad que la gran mayoría de los sinaloenses ven y cuanta mayor razón los universitarios. Cuando se discutió la Ley Orgánica yo tuve por suerte en aquel entonces ser diputado y yo me opuse categóricamente a la aprobación de la actual ley y desde entonces yo advertí que esa ley iba a propiciar controles políticos como los que hoy tenemos”, consideró.

Con esta última declaración, el diputado se desnudó y desnudó a quienes, como él buscan un solo objetivo: volver a los viejos tiempos de la inestabilidad, a medrar, y hasta contribuir a un control totalitario en la entidad.

Para nadie es un secreto buscan, estos personajes, sobrevivir en el presupuesto y a partir del senado o la alcaldía de Culiacán aspirar a la gubernatura.

El quid de esta cuestión es: Hasta donde apuestan a la desestabilización.

 

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