SEAMOS CLAROS: La profesión de periodista en la 4T.

Oliver Velasco*

Los límites de la libertad de expresión son ambiguos en un contexto de estado liberal democrático y en esta coyuntura de incertidumbre sobre el autoritarismo y la centralización del nuevo régimen, sobre todo en cuanto al manejo de medios se hacen todavía más difusos. Es claro y se ha ido observando a lo largo de los últimos sexenios que el oficio de informar es uno de riesgo, no es exclusivo del actual gobierno, pero tampoco ha disminuido a lo largo de esta administración. Incluso ahora se amenaza no sólo a periodistas sino a firmas completas de renombre, como fue el caso del periódico Reforma que dio a conocer una llamada de amenaza el 14 de Mayo.

La relación del gobierno federal con la prensa no ha sido tersa desde el inicio de la nueva administración. Los continuos derechos de réplica, acusaciones y señalamientos a medios que se han atrevido en sus columnas de opinión a cuestionar las políticas aplicadas por el nuevo gobierno han sido común denominador de las conferencias de prensa matutinas del mandatario. Pero si esto es respecto a la opinión de los expertos en la materia, ahora que hay investigaciones  periodísticas respecto al cómo se manejan los recursos, los programas y las políticas aplicadas ¿Qué podemos esperar como respuesta?

La respuesta a esta pregunta se nos presentó en una serie de polémicas originadas a raíz de una investigación presentada por Carmen Aristegui en su noticiero, donde sale a la luz las prácticas de acoso a periodistas de la agencia del gobierno Notimex. Pero antes de ahondar en esto debemos preguntarnos: ¿Qué es una investigación periodística? ¿Hasta donde investigar sobre la vida privada de alguien es hacer periodismo? La investigación periodística debe estar situada en marco ético bien definido y ser fundamentada con datos, testimonios y documentos que la abalen, es decir, con una técnica de investigación metódica. Probablemente siendo de las labores que engloben de mejor manera la palabra profesionalismo.

El periodismo no es lo mismo que la locución, la opinión y la vocería. Y aunque toda investigación lleva el problema epistemológico del interés atribuido a ella y con ello una afiliación ideológica. La investigación de carácter científico que requiere el periodismo tiene como característica fundamental, la objetividad y la ética. Ningún profesional que se digne de serlo dejara de mostrar resultados de su investigación aunque estos le sean adversos, ningún profesional utiliza argumentaciones para sustituir pruebas, sino como ilación entre ellas. Y lo más importante, ningún profesional del periodismo basa sus interrogantes en falacias argumentativas que busquen únicamente el ensuciar la imagen de una persona.

Para ser exactos haremos un breve recuento de lo acontecido en esta última semana en la disputa entre Aristegui noticias y Notimex. Aristegui noticias,  Signa Lab y la organización Articulo 19 presentaron una investigación que señala los ataques por medios electrónicos a sus ex trabajadores, así mismo la Asociación Mexicana de Derecho a la Información se acercó al noticiero de la conductora para dar a conocer un posicionamiento, donde acusa a la agencia de hacer un manejo faccioso de la información y los presupuestos, a lo cual en el mismo noticiero se invitó a la directora de la agencia: Sanjuana Martínez para ejercer su derecho de réplica, quien negó todos los hechos.

Posteriormente se han orquestado una serie de ataques en contra de la titular del noticiero que van desde una carta firmada por ciudadanos afectos a la actual administración donde se señala que los análisis hechos en la mesa de debates del noticiero  son tendenciosos y faltos de autocrítica, expresando: “No se abre espacio a ninguna posibilidad de razón detrás de los reclamos ni se aceptan las limitaciones, la relatividad e inconsistencia de muchas de las aseveraciones de su sitio, que en realidad no provienen de trabajos de investigación o de estudios serios y sí reflejan sesgos y líneas discursivas ideológicas.” Concluyendo con un: muy interesante “Carmen, te pedimos reflexionar y volver al sendero que tú nos mostraste: no nos falles…”[1]

Pero el ataque no concluyo ahí, se han hecho virales una serie de publicaciones donde se hace pública la vida de la periodista de manera falseada similar a la de un pasquín de espectáculos, que fungen como ataques en redes sociales para denostar a la periodista por su vida privada y no por su trabajo. Dichos ataques han involucrado incluso a su hijo. Teniendo la periodista que salir a aclarar en video aspectos de su vida que no conciernen al público en general. Utilizando la frase: “maten al mensajero o a los mensajeros parecer ser la tónica”.

Sigue siendo difícil ser periodista en el actual régimen, sigue siendo difícil, parece ahora más que nunca, ser crítico al gobierno. Aquel gobierno que parece haber olvidado que cuando fue candidato y ningún medio le abría las puertas fue Aristegui quien se las abrió. El mismo gobierno que hace unos días decidió no meterse en la polémica, la cual es un problema de la secretaria de la función pública y que tendría que estudiar y sancionar, sin embargo minimizo el problema y lo redujo a un “choque de posturas”. El mismo gobierno que se declara juarista y que seguramente sigue al pie de la letra su frase: “A los amigos, justicia y gracia; a los enemigos, la ley a secas”.

*Profesor de la Universidad Autónoma de Sinaloa en la Facultad de Ciencias Sociales en las licenciaturas de economía y sociología. Licenciado en filosofía maestro en estudios filosóficos por la Universidad de Guadalajara, maestro en gestión pública aplicada por el Tecnológico de Monterrey campus Guadalajara. Actualmente doctorante en la Universidad Autónoma de Nayarit/ Integrante de Unidad Democrática Sinaloa.

[1]Carta abierta a Carmen Aristegui disponible en: https://aristeguinoticias.com/2005/mexico/carta-abierta-a-carmen-aristegui-documento/

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