SEAMOS CLAROS: Bipartidismo.

Oliver Velasco*

En la “democracia” estadounidense se conformó después de la guerra civil una repartición del poder que enmarcaba los ideales de la guerra misma. Curiosamente, en aquel tiempo los republicanos eran antiesclavistas, con uno de los personajes más emblemáticos de la historia política norteamericana, Abraham Lincoln. Mientras los demócratas eran los supremacistas blancos, hasta la llegada al poder de Franklin D. Roosevelt, quien con el new deal atrajo las mayorías de votantes afroamericanos, aunque no necesariamente los involucro en la política. Existen otras afiliaciones políticas en aquel país, pero su representatividad es tan poco significativa, que no son tomadas en consideración y la mayoría se adscriben a estas dos fuerzas para poder tener representación interna dentro de ellas. Por ejemplo: muchas corrientes del socialismo se adscriben al partido demócrata para poder llegar a tener un poco de poder, lo mismo ocurrió con el tea party, pero del lado republicano.

Algo similar está ocurriendo en México. De facto, podemos afirmar que uno de los grandes logros políticos de López Obrador ha sido la simplificación por lo menos en términos simbólicos del espectro político nacional, que viene aunado a otros efectos como la polarización, pero que no discutiremos aquí. Por lo pronto huelga decir que el discurso del prianismo que ahora se ha convertido en prianrd ha sido todo un éxito en la estrategia política del presidente. Es de tal suerte que los mismos partidos políticos que constituían ideologías de espectros hasta contradictorios entre ellas, que van desde la derecha del PAN, hasta la izquierda del PRD se han aliado en una fuerza política de oposición en la actual legislatura y en algunas gubernaturas. Cuya única plataforma, al parecer, es impedir el avance del partido político del oficialismo.

La alianza opositora, aunque con una plataforma electoral tan pobre en el sentido ideológico, ha dado resultados. De la legislatura que está por terminar, a esta; Morena ha pasado de tener 256 a 198 diputados. Lo que implica una pérdida de representatividad y la necesaria alianza incluso para la mayoría simple. Para lograr el 50% más uno, que en la legislatura anterior no requería de ninguna otra fuerza política, ahora requiere de las fuerzas que ya de facto tenía compradas como lo son el PT y el Partido Verde, pero este último es una fuerza política que históricamente se ha vendido al mejor postor, y es así como ha logrado sobrevivir a pesar de sus reiteradas argucias ilegales en los procesos electorales. Pero nadie garantiza su lealtad al bloque morenista, bajo los incentivos adecuados el verde puede voltear su filiación, y eso es peligroso en un “aliado”. Por otro lado, el PT es una rémora que a duras penas alcanza su registro como partido político.

La oposición, por su parte, dice que ha formado una alianza sólida e incluso el lunes 23 de Agosto ha acudido ante una instancia internacional como la Organización de Estados Americanos (OEA), para denunciar la injerencia del narco en las elecciones pasadas y la probable anuencia del gobierno para que ello ocurriera en beneficio de su partido, pero ¿Es realmente así y esta alianza es realmente solida? Para evitar que el ejecutivo haga lo que le plazca con las leyes y la constitución del país, forzosamente se tendrán que establecer diálogos entre las fuerzas políticas y el oficialismo. Ello es positivo para la democracia en general, Sin embargo, dada la naturaleza de las negociaciones políticas, estos diálogos pueden ser impulsados bajo incentivos de ganancias o de perdidas. Muchos de los actores políticos que militan en estas fuerzas tienen fortunas de procedencia dudosa y los vínculos con grupos delictivos no son exclusivos, por lo menos en los rumores, del partido en el poder. Por lo que la alianza es tan sólida como lo es la solvencia legal de sus miembros. Por otro lado, se ha abonado mucho en esta administración a la acusación de ambas partes, sin llegar a ser judicializada, como arma de credibilidad política ante la sociedad y ello ha llevado a un clima no optimo para estas negociaciones.

Sin duda se muestran dos bloques claramente diferenciados, aunque no de manera ideológica, ya que uno (Morena, PT y Verde) tiende al servilismo de; lo que sea que proponga el ejecutivo federal, así sea lo más inverosímil, como una revocación de su propio mandato, lo van a apoyar. Mientras que del otro lado, lo que sea que proponga el ejecutivo es visto con suspicacia, desdén y antipatía, incluso si es la posibilidad de sacarlo del poder. Lo que es un escenario realmente surrealista, pero que refleja muy bien la cultura política del país. Finalmente, tenemos a Movimiento Ciudadano (MC) que funcional como una fuerza bisagra de la cual se puede esperar cualquier cosa, incluso su fractura interna entre las fuerzas que se disputaran la candidatura de 2024. Los partidarios de Enrique Alfaro que pertenecen a este partido en ocasiones no están tan de acuerdo con las decisiones que Dante Delgado dicta y esto puede funcionar para ambos lados.

Por lo que podríamos concluir que, aunque de hecho todavía no somos un régimen bipartidista como nuestros vecinos del norte, hacia allá se dirige el rumbo político. Si se llegasen a consolidar las ideologías políticas que dividen la visión y el rumbo de país que se perfila en cada una ellas, más allá que la diferencias en torno al personaje que mora en el palacio nacional, este panorama político bipartidista podría consolidarse en una realidad institucionalizada. Para ello hacen falta tres años, en los cuales las fuerzas de oposición tendrán que crear una plataforma, una candidatura y una forma de trabajo que podría llevarlos a una unión, convirtiéndolas en un dolor de cabeza electoral y en un enemigo que el mismo López Obrador creo. Por supuesto este personaje también tiene la posibilidad de evitarlo utilizando los aparatos del Estado y la astucia política, aunque esto no lo hará hasta mediados del 2023 cuando comenzara a bombardear a los personajes emblemáticos de las tres fuerzas para minar su alianza.

*Profesor de la Universidad Autónoma de Sinaloa en la Facultad de Ciencias Sociales en las licenciaturas de economía y sociología. Licenciado en filosofía maestro en estudios filosóficos por la Universidad de Guadalajara, maestro en gestión pública aplicada por el Tecnológico de Monterrey campus Guadalajara. Actualmente doctorante en la Universidad Autónoma de Nayarit/ Integrante de Unidad Democrática Sinaloa.

Contacto a: olivervelasco@hotmail.com

Twitter: @Oliveriu2

Siguenos en: https://www.facebook.com/Unidad-Democrática-Sinaloa-100517668191142/

Noticias relacionadas

Dejar un Comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.