El P. José de Jesús Aguilar, subdirector de Radio y Televisión de la Arquidiócesis Primada de México, publicó un video en el que explica de modo sencillo cuáles son y cómo se usan las vestiduras litúrgicas de los sacerdotes en Misa y en la vida cotidiana.
El P. Aguilar explica que generalmente los sacerdotes usan una camisa clerical o clergyman, que tiene “una especie de lengüeta blanca que se pone sobre el frente de la camisa, y esta puede ser negra, blanca, gris o celeste”.
Otra prenda de los sacerdotes es la pechera, que les puede permitir ser “un poco más formales y usarla en lugares donde puede hacer mucho calor. Tiene un cuello completo blanco y se amarra”.
Como la camisa clerical, también puede ser de distintos colores, no solo negra, aunque el negro es el color más común.
El P. Aguilar se refirió luego a la sotana que suele ser negra pero “no es propiamente un elemento solo para sacerdotes. La pueden usar también obispos y cardenales, también el Papa”.
“Pero él la usa de color blanco, los cardenales la usan de púrpura y los obispos de color negro con elementos morados”.
Otro elemento que puede usarse sobre la sotana es la llamada cota o roquete que “puede tener una altura que va desde las rodillas o hasta la pantorrilla. Puede ser totalmente liso. Suele ser de color blanco”. Hay de varios tipos.
El alba también es una vestidura litúrgica y “es una túnica que se puede colocar sobre la sotana y que se ajusta con una especie de cinturón que se llama cíngulo. Se coloca doblado a la mitad y se ata a la altura de la cintura”.
“Cuando el sacerdote va a celebrar la Misa, sobre el alba usa la estola. Cuando el sacerdote bautiza puede tener sotana, alba o roquete y la estola, así también se les suele ver en las películas”, refiere el P. Aguilar.
En el caso del diácono la estola se usa de forma cruzada. Un segundo elemento propio del diácono es la dalmática, “que se llama así porque tuvo su origen en Dalmacia. Esta tiene mangas y estas pueden estar abiertas en la parte de abajo”.
El P. Aguilar describe luego la casulla, una vestidura propia del sacerdote para la Misa. “Cuando se la ponían los sacerdotes en tiempos antiguos era algo cónica y de ahí que se decía que parecía una casita, de allí el origen de la palabra casulla”.
“A diferencia de la dalmática no tiene mangas”, añade.
Los colores de la casulla son variados: “verde si es tiempo ordinario, si se recuerda un mártir o Pentecostés será rojo, si es día de fiesta puede ser blanco, dorado o plateado. Si es un tiempo penitencial será morado”, prosigue el sacerdote.
Otro elemento es la capa pluvial, que se llama así porque al principio se hacían “de piel y servían para proteger para la lluvia, y tenía una capucha por si empezaba a llover. Cuando las capas comenzaron a usarse en las iglesias, entonces desapareció la capucha”.
“Se coloca cuando el sacerdote va a tomar el Santísimo Sacramento y le permite tener las manos libres”, precisa el P. Aguilar.
El solideo es también parte de las vestiduras litúrgica y es el pequeño gorro que va sobre la cabeza.
“Está formado por ocho gajos o partes con una especie de ‘colita’, lo que permite que el acólito la puede retirar con facilidad”.
En el caso del Papa es blanco, los cardenales lo usan púrpura y el de los obispos es morado. Se lo quitan en la consagración durante la Misa.
Su nombre proviene del latín que significa “solo Dios” y muestra, dice el P. Aguilar, que “solo ante Dios me descubro, solo ante Dios me lo quito para indicar que por encima de Dios no hay nadie, pero por encima del obispo está Dios”.