Todo vale por una curul

- López-Gatell, Ramírez o Encinas quieren ser candidatos, pero no quieren disputar ningún distrito, todos quieren ser plurinominales porque saben que, de otra forma, no ganarían.
  • López-Gatell, Ramírez o Encinas quieren ser candidatos, pero no quieren disputar ningún distrito, todos quieren ser plurinominales porque saben que, de otra forma, no ganarían.

JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ (EXCELSIOR)

Las aguas en los procesos internos de Morena están lejos de ser calmas. En el camino para designar a los candidatos a diputados y senadores hay muchas contradicciones entre los distintos grupos de Morena y de la dirigencia del partido con sus aliados del Verde y el Partido del Trabajo.

Con sus aliados la situación es especialmente tirante porque éstos se quejan de que se les cierran espacios, sobre todo al Verde, por lo que la alianza se romperá en muchos distritos y estados. El martes se habían levantado de la mesa de negociación con Mario Delgado y Citlalli Hernández los representantes del PVEM y del PT porque, sencillamente, los acuerdos y propuestas de Morena los consideraban inaceptables.

Con un problema adicional: se asegura que el visto bueno de todas las candidaturas finalmente no lo tendrá ni la dirigencia del partido ni sus aliados, tampoco la candidata Claudia Sheinbaum, sino el presidente López Obrador, que quiere cubrir posiciones que, para muchos de los otros actores, son intransitables, por ejemplo, se quiere garantizar el fuero para el exsubsecretario Hugo López-Gatell con una diputación plurinominal (ya no parece viable la senaduría), lo que, literalmente, saca ronchas en el equipo de Claudia y ni hablemos de sus aliados. Como dicen algunos de sus cercanos, poner en la boleta a López-Gatell es garantizar que miles de familias que perdieron a los suyos durante la pandemia decidan quitar su voto a Morena.

Otro personaje al que desde Palacio se le quiere garantizar el fuero es al controvertido director de Comunicación, Jesús Ramírez, que no despierta simpatías con nadie, salvo con el círculo más cerrado del Presidente. Alejandro Encinas, que también ha quedado exhibido con la investigación del caso Ayotzinapa y que está enfrentado en forma abierta con el Ejército mexicano, quiere una curul que probablemente obtendrá, pero que también será muy costosa política y electoralmente. El problema es que López-Gatell, Ramírez o Encinas quieren ser candidatos, pero no quieren disputar ningún distrito, todos quieren ser plurinominales porque saben que, de otra forma, no ganarían.

La distancia con los duros se refleja en esas candidaturas (y otras) y en la Ciudad de México, donde la campaña de Clara Brugada no termina de permear en otros sectores que no sean los propios duros que la llevaron a la candidatura y que están en la ciudad encabezados por el jefe de Gobierno, Martí Batres, que ha entrado de lleno a la campaña.

Otro caso es el de Marcelo Ebrard, que reapareció en el acto de cierre de Claudia. Se dice que Marcelo tendría asegurada su senaduría, pero también ha comenzado a especularse con la posibilidad de que podría tener futuro en Washington, donde se prevé una relación dificilísima, sobre todo si regresa Donald Trump. Hay que reconocer que Ebrard logró sobrellevar la relación con Trump durante los primeros años del gobierno y que mantuvo un buen diálogo con Biden. No es descabellado pensar en que pueda sentarse como embajador en Washington.

Mientras tanto, la alianza opositora, con muchos jaloneos, avanza en el proceso de designación de candidatos. Todo indica que podrán salir adelante con candidaturas comunes en 294 de los 300 distritos en disputa. Si es así, será un logro notable porque las tendencias centrífugas eran muy fuertes. Se han reflejado en muchos ámbitos, pero sobre todo en el PRD, donde habrían quedado fuera personajes importantes, como Miguel Ángel Mancera, Luis Espinosa Cházaro y Silvano Aureoles, que ya traían diferencias con la dirigencia del PRD desde la época de las precandidaturas internas. En el priismo, la reaparición pública de Manlio Fabio Beltrones despertó expectativas, mientras que la mayoría de las posiciones, como era previsible, quedaron dentro del equipo de Alejandro Moreno.

Por otra parte, existe confianza en la alianza opositora en que Xóchitl Gálvez se pueda recuperar después de su exitoso cierre de campaña, y la que avanza con bastante certidumbre es la candidatura de Santiago Taboada en la Ciudad de México, con un buen discurso y aprovechando las debilidades de Clara.

En todo este proceso de intercampañas nada será más importante que ver cómo se terminan de conformar las candidaturas al Senado y a la Cámara de Diputados, porque allí se librarán muchas de las principales batallas, tanto entre partidos como coaliciones y dentro de las propias fuerzas políticas, del sexenio que iniciará el primero de octubre.

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