No hay escapatoria.
Como las órdenes presidenciales se cumplen “llueva, truene o relampaguee”, todo el personal educativo deberá regresar a las escuelas el 30 de agosto.
No importa si para entonces el país entero está en semáforo rojo y México rompe marcas propias y mundiales en muertos y contagios por Covid.
Conforme a esa instrucción, no escaparán las autoridades educativas, supervisores, directores, maestros e inclusive el personal de limpieza.
Para llegar a esta decisión el Gobierno federal y la Secretaría de Educación Pública (SEP) tuvieron un punto de partida: todos están vacunados.
-Quien no se vacunó fue porque no quiso y deberá responder por su salud -se comentó durante la transmisión del deseo presidencial.
Estos datos no quedaron tan claros ayer durante una reunión virtual de funcionarios federales y gobernadores, cuya principal expositora fue la secretaria Delfina Gómez.
La reunión la encabezaron Olga Sánchez Cordero y Claudia Pavlovich, presidenta de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago).
AULAS AL 50 POR CIENTO
El tiempo dirá si los cálculos oficiales fueron reales.
El primero: al menos la mitad de los padres de familia están interesados en regresar a las aulas, lo cual garantizaría una afluencia de unos 13 millones de alumnos de preprimaria, primaria y secundaria.
El segundo: los contagios entre niños son poco probables -o al menos no tan intensos como con adultos- y no disparará más las alarmantes cifras de la pandemia.
En estos días todo el personal educativo, papás y estudiantes serán orientados sobre el esquema escalonado para no saturar los salones de clases.
También se les orientará sobre cómo dedicar de septiembre a noviembre un repaso de contenidos -los temas del ciclo anterior- a la par del calendario en curso.
Para quienes opten por retener a sus hijos seguirán como hasta ahora: con clases a distancia mediante los programas Aprende en Casa, Jóvenes en Casa y otros.
Es decir, como hemos señalado aquí, seguirán los contratos con la televisión privada: Televisa de Emilio Azcárraga es mano en cobertura sobre todo en zonas marginadas.
A su vez, continuarán las negociaciones con los sindicatos educativos -el SNTE de Alfonso Cepeda y STE de Carlos Jonguitud– para reducir riesgos y solventar deficiencias sobre la marcha.