La necesidad obliga a las familias a sacar la creatividad y el empuje para luchar por tener un mejor futuro, tal y como esta familia emprendedora originaria de Siqueros, que dejaron el trabajo en el campo para preparar los mejores tamales de la región, afirmó esta mañana Fernando Pucheta Sánchez, presidente de la Agrupación “Pucheta, Una Mano Amiga”.
En su transmisión habitual, esta vez se trasladó hasta la sindicatura de Siqueros, tierra dedicada al campo y la ganadería, donde se vende lo que la tierra produce y que algunos con mucha necesidad y ganas de salir adelante, transforman para ganar unos pesos más que les de seguridad económica y un buen futuro para sus hijos. Sujey Morales Lucas y José Francisco Zataraín Sánchez, de 44 y 47 años de edad, respectivamente, son una pareja que fabrican alrededor de 800 tamales de costillitas y de verdura a la semana.
Al igual que a la gran mayoría de los mexicanos, la pandemia les causó una baja sustancial en las ventas, pues de más de mil piezas que producían semanalmente, ahora se les redujo las operaciones hasta en un 30 por ciento. Cada viernes y martes, ellos salen a vender sus productos a las calles de Siqueros, tienen algunas entregas en Mazatlán y los martes especialmente, se instalan en las afueras de las oficinas de Correos en el puerto, para vender este tradicional alimento mexicano,
Hasta el tejaban, a un costado de su humilde pero decoroso hogar, se trasladó el ex alcalde de Mazatlán, a quien le contaron sobre su oficio que han llevado a cabo durante 15 años y con el que lograron dar estudios a su hija mayor Estefani Zataraín, quien se acaba de graduar de Licenciada en Psicología y su hijo José Francisco, de 17 años, quien tiene aspiraciones de estudiar Mecatrónica. Además, producen chorizo y carne adobada, también venden nopales y carne de puerco, ya que José Francisco tiene el oficio de matancero de cerdos.
“Hay que buscarle a la vida”, dice José Francisco, de 47 años de edad. Su motivación es su familia y de su iniciativa, junto al de su esposa, dependen en buena medida, al menos seis u ocho familias más, que se ayudan con la elaboración de los tamales, pues dos mujeres adultas les ayudan a crearlos, junto con dos jovencitas adolescentes, quienes también como muchas niñas de su edad, tienen ganas de salir adelante y continuar sus estudios profesionales, de tal manera que ayudarles a esta familia por al menos dos días a la semana, les sirve para solventar algunos de sus gastos.
Pucheta Sánchez reconoció el trabajo y empeño que familias como José Francisco y Sujey ponen a su familia, sin dejar su pueblo natal. Orgullosos del lugar que les vio nacer, ellos siguen honrando su casa y su familia, buscando tener una vida digna que les dé el futuro que la falta de oportunidades laborales les ha negado, concluyó.