(Primera de dos partes)
- Por representar un peligro para México, Rosario Robles saldrá hasta el 2024.
- Ahora el enemigo presidencial son las universidades públicas.
FELIPE AURREOLA.
felipeaurreola@porlalibreportal.com
“Mi fuerte, no es la venganza”, ha dicho el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, en varias ocasiones.
Algo difícil de creer.
Y si no es su fuerte, para ello tiene testaferros y esbirros. Unos de estos es Dolores Padierna, esposa del “Señor de las Ligas”, René Bejarano, ex secretario particular del presidente, cuando éste último fue Jefe de Gobierno.
Nadie, cuando menos de manera pública, conoce el motivo del desencuentro inicial entre Rosario Robles Berlanga y Andrés Manuel López Obrador; sobretodo porque fue Rosario Robles uno de los artífices de la negociación con Ernesto Zedillo Ponce de León para que se obviaran las trabas, una de ellas los años de residencia, de AMLO en el DF y así competir por la Jefatura de Gobierno.
En una entrevista que José Ureña, columnista de Teléfono Rojo, le hiciera a Rosario Robles en el año 2006, le preguntó: “… Tú fuiste factor para revertir las tendencias en el Distrito Federal en 2000, cuando Santiago Creel aventajaba a López Obrador, ¿Estás arrepentida de financiar y hacer campaña por él, de ayudarle?”.
A lo que Rosario Robles respondió: “Digamos que estoy arrepentida de entregarle el poder. Lo dejamos en eso”.
Fue la ex pareja de Rosario Robles, el empresario Carlos Ahumada, quien exhibió al esposo de Dolores Padierna entregándole fajos de billetes, y guardarse hasta las ligas. Eso no lo perdonó la senadora.
“Perdono pero no olvido”, dice un refrán popular; sin embargo, en el caso de este tipo de personajes, empezando por el Presidente Andrés Manuel y su aliada Padierna, ni perdonan ni olvidan; en tal virtud ahora empoderados y ensoberbecidos le han dejado caer la mano.
Recordemos que fue un juez, sobrino de Dolores Padierna, de nombre Felipe de Jesús Delgadillo Padierna, el encargado de tenderle un cuatro y encarcelarla. El motivo fue una supuesta credencial o licencia falsa.
El proceso ha sido largo, a grado tal que ha llamado la atención de medios informativos internacionales.
Hace algunas horas, cuando todo parecía indicar que la ex funcionaria, que cometió el pecado de trabajar con Enrique Peña Nieto, iba a salir libre del penal de Santa Martha Acatitla para enfrentar su proceso en libertad, otro juez, este de nombre Ganther Alejandro Villar le negó el derecho y determinó siguiera en prisión ante el “elevado riesgo de fuga”. Desestimó el tema de su salud y dijo que desde el penal puede ser atendida.
La andanada de señalamientos en cuanto a la sospechosa postura del Juez no se hizo esperar; salpicando al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador; personaje que trata de justificarse y evadirse negando sea una venganza política o persecución política.
“Por lo que corresponde al Ejecutivo no hay ninguna venganza, nosotros no hacemos eso, eso es inmoral, es indigno, eso le resta a cualquiera autoridad y para nosotros lo más importante es la autoridad moral, de parte del Ejecutivo no hay persecución a nadie, no se denuncia a nadie por consigna política”, señaló.
Agrega el demócrata que vive en un Palacio que son asuntos de la Fiscalía, a la que calificó de autónoma pero a cada rato la llama a las conferencias matutinas; y del Poder Judicial al que cada rato chantajea.
Esto ocurre en un país donde día con día los grupos delincuenciales que tanto daño hacen a la sociedad son inmunes e impunes ante la justicia e intervienen directamente en política. En país donde existen políticos solapados por el régimen en turno.
La justicia debe de ser pareja para todos. Quien cometa un delito debe de pagar, pero no es correcto que la justicia sea selectiva y su aparato se utilice, tal y cómo se hacia en los anteriores gobiernos para cobrar venganzas.
CADA día el Presidente de la República abre un frente de ataque con miras a la subordinación.
En esta ocasión lo ha abierto contra las universidades públicas nacionales y estatales.
Inicia con la UNAM. Acusa a la institución de ser neoliberal; a pesar de que el Ejecutivo tiene en su estructura de gobierno una serie de neoliberales que han estudiado en universidades del extranjero.
La andanada que emprendió se le puede revertir.
No ha habido movilizaciones universitarias en los últimos años.
¿A que se atiene?.
Es cuanto por hoy.
Continuaremos con estos temas en la segunda entrega de “Mi fuerte no es la venganza”..