- Mario Zamora desconocido en buena parte del estado de Sinaloa.
Felipe Aurreola.
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La imposición del senador Mario Zamora Gastélum, como precandidato de la alianza PRI-PAN-PRD a la gubernatura del estado de Sinaloa, ha dejado heridas en el priismo.
No es una persona conectada con el priismo de a pie y, salvo en la zona de Ahome y el norte del estado, en buena parte de la entidad es un desconocido; sobre todo en la zona sur a donde como senador solamente acudió en par de ocasiones.
Es por eso que muchos piensan, con razón o no, que el priismo ha entregado la plaza a Morena, representado en esta ocasión por el también senador Rubén Rocha Moya.
Su discurso justificatorio al registrarse en el PRI; aún y con la presencia de varios senadores, entre ellos Miguel Ángel Osorio Chong y Miguel Mancera; no convence.
“Aquí cabemos todos”, expresó.
En un auditorio atestado, sin la mínima sana distancia, en la mismísima capital del estado con todo y su semáforo rojo; organizaron el evento de manera irresponsable. No se les ocurrió buscar un espacio abierto o una plaza pública. Quisieron jugar al efecto visual de una unidad que se ve difícil; en particular con un personaje desangelado.
Personaje que, junto con el ex secretario de Gobernación y senador Miguel Ángel Osorio Chong, se desgañitaron hablando de la necesidad de la unidad.
Curioso discurso el de Mario Zamora cuando expresó que el PRI es un gran partido en el que “hay democracia”. ¿Cuál? Se preguntan varios. Tal parece que su concepto es muy limitado; pues para él democracia priista es seleccionar precandidato en un conclave, sin tomarse la molestia de consultar a la militancia.
Justo es reconocer que el candidato natural, Jesús Valdéz Palazuelos mostró altura de miras, civilidad y madurez al fundirse en un abrazo con el bendecido y alzarle la mano.
Sin embargo el camino de Zamora Gastélum hacia la oficina del Tercer Piso, en Insurgentes de Culiacán, está muy difícil.
Los obstáculos son muchos y su personalidad gris no le ayuda a sortearlos.
