Es en la zona de El Walamo donde se encuentran asentadas siete sociedades cooperativas que esperaron con ansias el levantamiento de la veda, el cual se dio en los primeros segundos de ayer martes; sin embargo al ver las condiciones de la laguna del Huizache prefirieron esperar hasta el caer la tarde para iniciar capturas.
Es una mañana bastante húmeda en la zona del Huizache, donde platicamos con Ramón “N”, integrante de la cooperativa Frente Pesquero, de la que dependen 120 familias.
En esta área, ubicada a 14 kilómetros de la comunidad de Los Pozos, municipio de El Rosario; las cigüeñas y garzas culebreras reposan en pequeños montículos que sobresalen sobre la laguna y, algunos cuantos, sobre los pequeños maderos señalantes de los tapos.
Existen varios cuartuchos de lámina de acero donde algunos cooperativistas descansan, hacen sus alimentos o velan durante la temporada.
Las pangas reposan sobre las orillas del cuerpo de agua, mientras que algunas están un poco más resguardadas.
Decidieron no iniciar las capturas en los primeros minutos de martes, como se los permite el decreto, esto debido al hecho de que el río Presidio viene arrastrando bastante ramaje y suciedad, que aparte de enturbiar el agua, pone en riesgo la labor, debido –nos explican- a que al aventar la tarraya esta se rompe con los varejonales y demás desechos que arrastra el río hacia la laguna.
“Además en estas condiciones el camarón se va al fondo, al fango y espera mejores condiciones para salir”, señala Ramón.
Se extraña de que en la zona no ha llovido pero el río insiste trae mucha suciedad; tal vez no recuerda que en la zona serrana, de donde nace el Presidio, ha habido aguaceros en días recientes.
En la zona no cuentan con cuarto frío, vital para conservar el camarón, sino solamente con una bodega para el hielo; por ello el camarón debe de sacarse, empacarse en hielo y subirse rápidamente a los camiones de los intermediarios.
De hecho, desconocen a que precio les pagaran el producto.
El año pasado los coyotes les pagaron a 62 pesos el kilogramo del producto grande, el que sale durante los primeros días de captura.
Se aprecia en las orillas cierta cantidad de basura, abundan los plásticos y las envolturas de alimentos chatarras, algunos envases de vidrio, cartones y otros desechos.
Pacientes, los pescadores miran pasar el tiempo. Todos han sido citados en la tarde para iniciar capturas si las condiciones lo permiten.
Los pocos presentes, insisto, esperan pacientes como las cigüeñas, garzas y aves que esperan esperanzadas su parte.
Ojalá y esta temporada sea buena.
Ojalá y alguna vez las autoridades entiendan que se requiere un ordenamiento ecológico en la zona y algo muy importante para los productores obras de dragado que permitan desazolvar un cuerpo de agua que todavía hace unos 20 años fue sinónimo de riqueza económica y alimenticia para muchísimas comunidades de los municipios de Mazatlán, Rosario y Escuinapa.
