Alberto Aguirre | OPINIÓN
Los morenistas fueron incapaces de conseguir los tres votos —de la bancada priista, era evidente— necesarios para la ratificación de Ernestina Godoy como fiscal general de la Ciudad de México.
Por un pelito, no alcanzaron la mayoría calificada en el Pleno, que ayer acudió a sesión extraordinaria. Cinco de los ochos integrantes del Grupo Parlamentario del PRI son mujeres y en ellas se centró el cabildeo del oficialismo capitalino.
Silvia Sánchez Barrios tomó la salomónica decisión de tramitar una licencia de ocho días para no caer en la tentación. Su suplente, Wesly Chantal Jiménez, desobedeció las instrucciones de Alito Moreno; igual, Mónica Fernández, quien —si se cumplen las exigencias de sus compañeros de bancada— dejaría la vicepresidencia de la mesa directiva.
¿Cuál fue la moneda de cambio? A saber si otras legisladoras encarecieron sus votos o decidieron “cruzar la línea” de la dignidad y ser consecuentes. La congresista Ana Francis López Bayghen Patiño (Morena) de plano acusó a sus colegas de proteger al heteropatriarcado.
“¡Qué manera de darse un balazo en el pie!”, reclamaba, al borde de las lágrimas, “la cúpula (del PAN y del PRI) es un Club de Toby que se dedica a escupir a las mujeres, como seguramente lo van a hacer próximamente con Xóchitl Gálvez… ¡No entiendo por qué no lo ven!”.
Ana Francis era la tercera oradora de Morena en la tribuna. Desde el arranque, había desánimo entre los diputados oficialistas, quienes endurecieron su postura contra los legisladores presuntamente defensores de los carteles inmobiliarios y de la trata, al tiempo que amplificaron sus reconocimientos hacia Godoy. “La mejor fiscal del país, aunque le duela a los panistas”.
A sabiendas de que haría votos tránsfugas, hubo una vigilancia severa. En la bancada panista, Ana Villagrán no pudo usar el dispositivo electrónico, por lo que debió votar de viva voz. En contra del dictamen.
La morenista Miriam Valeria Cruz Flores ni siquiera matizó las motivaciones políticas del caso. “Al PAN lo motiva el miedo”, acusó, “pero se va a perseguir a todos los corruptos relacionados con el Cartel Inmobiliario que involucra a exalcaldes (Jorge Romero, de Benito Juárez) que sueñan con ser Jefes de Gobierno”.
¿Amenazas veladas? El exsenador Héctor Díaz-Polanco fue más directo. “La suerte está echada, pero no por lo que se va a debatir y votar, sino por el tema que nos ocupa… el combate a la corrupción no se va a detener”.
Los votos que Morena necesitaba para aprobar el dictamen podrían salir de las bancadas del PRD y Movimiento Ciudadano. Por eso, el coordinador verde, Jesús Sesma llamó a sus integrantes para reflexionar sobre el futuro de la CDMX y censuró —sin aludir directamente— a quienes cuestionaron la validez del grado académico de Godoy. “La bajeza más grande que he visto en los medios y las redes sociales”, acusó.
El emecista Royfid Torres se deslindó de la batalla política-electoral. “Tenemos enormes dudas de la actuación y de los resultados de la fiscalía”, sentenció a las 11:19 horas. El debate se había extendido casi 120 minutos. Su voto sería en contra.
En la última ronda de oradores, la coordinadora morenista, Martha Ávila censuró a aquellos “que alguna vez militaron en la izquierda” y prefirieron sumarse a la venganza de la “oposición rabiosa” contra “la fiscal de los oprimidos”.
Publicado por El Economista