La organización criminal se atrevió a hacerlo: vendió en 21 mil dólares a 30 de sus trabajadores, como si se tratara de ganado. Fueron comprados en efectivo por rancheros de un campo en Indianápolis, quienes desembolsaron 700 dólares por cada “esclavo”.
Una investigación realizada por MILENIO, basada en la consulta de documentos judiciales albergados en las cortes estadunidenses, revela que tan solo uno de estos grupos delictivos obtuvo ganancias por 200 millones de dólares en cuatro años.
Los expedientes también muestran el modus operandi de las mafias que comercian con migrantes: luego de que cruzan la frontera, suelen robarles identificaciones, papeles personales y recaban información sobre sus familias en México u otros países. Así los amedrentan para que no escapen. Y para delimitar aún más el control, los mantienen en campos con cercas electrificadas. No les pagan, les dan poca agua. Los maltratos forman parte de la orden del día.
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