- Alfaro dejó claro que no acepta imposiciones, ni burocracias partidistas. Así seguirá hasta el último día de su vida, aun retirado de la política.
(FRANCISCO GARFIAS (EXCELSIOR)
En MC las cosas van de mal en peor y el insuflado gobernador de Nuevo León, Samuel García, tiene mucho que ver en el cisma que amenaza al partido naranja.
La cereza del pastel la puso el neoleonés con la forma tan banal como destapó a su “compadre” Jorge Álvarez Máynez, como precandidato presidencial del partido naranja.
Hay malestar al interior de MC por ese desplante. El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, lo reflejó en un posicionamiento que subió a redes sociales. Narró la forma como vivió ese destape:
“Ayer que vi el anuncio de Samuel García desde Nuevo León ‘destapando’ a Jorge Álvarez Máynez como candidato a la Presidencia de la República. No lo podía creer.
“En una mesa con botana y cerveza, el gobernador se asumía como líder de nuestro movimiento y nos dictaba instrucciones sobre el camino a seguir”.
No se necesita un riguroso análisis para darnos cuenta que Alfaro no reconoce a Samuel García como líder de MC y que le choca que use la idea de “lo nuevo” para disfrazar “lo absurdo”.
“Los que nos metieron en el callejón de la banalidad, el callejón de la no política, no son los líderes de este proyecto, ni mucho menos del movimiento social que construimos en Jalisco”, agregó el gobernador de Jalisco.
Alfaro dejó claro que no acepta imposiciones, ni burocracias partidistas. Así seguirá hasta el último día de su vida, aun retirado de la política.
“Lo que te queda al final del camino es tu dignidad y es tu congruencia, y eso no pienso sacrificarlo”, puntualizó.
El desplante de Samuel obligó a Dante Delgado, que por momentos parecía rebasado, a aclarar que el gobernador de Nuevo León no designó a Álvarez Máynez como precandidato presidencial.
“Se construyó un consenso, se escuchó y se atendió a las fuerzas más representativas de Movimiento Ciudadano”, aseguró el senador veracruzano.
Por cierto que la postulación de Álvarez Máynez causó alivio en las filas de la oposición. “Estábamos preocupados por Marcelo Ebrard”, confesó ayer Luis Cházaro, coordinador de los diputados del PRD.
Los morenos y sus rémoras se aferraron a meter en la agenda política de la Comisión Permanente el recuento de los “logros” del gobierno federal, pero la oposición transformó el punto en “el recuento de los daños”.
Los primeros oradores fueron todos de la 4T. La senadora de Morena Marybel Villegas dijo que AMLO es el primer Presidente que voltea hacia el sur del país, y que el Tren Maya es “sinónimo de bienestar, desarrollo y justicia social”.
La senadora de Morena Lilia Margarita Valdés puso el acento en salud y poco faltó para que nos dijera que ya rebasamos a Dinamarca (el referente de AMLO).
El petista Benjamín Robles aseguró que los programas sociales constituyen el mayor éxito de este gobierno y que, aunque hay pendientes en seguridad, los homicidios ¡han bajado 20 por ciento!
Robles omitió mencionar que el sexenio de AMLO ha sido el más sangriento del México contemporáneo: 175 mil muertes violentas.
El diputado panista Héctor Saúl Téllez se lo recordó al petista: “Se han acumulado, hasta el último día del año pasado, 25 mil muertes más que en todo el sexenio de Enrique Peña Nieto”.
Le dijo también que, en lo que va del sexenio amloísta se han acumulado 4 mil 760 feminicidios; 45 mil desapariciones y, por lo menos, 26 masacres, sólo en 2023.
La salud es otro rubro en el que la 4T nos quedó a deber. La escasez de medicamentos permanece, ni la megafarmacia ha podido con el problema creado desde el inicio del sexenio. Las quejas sobre falta de medicinas se multiplican.
