- No hay mayor problema… pero es problema del amarillismo de los medios.
FELIPE AURREOLA.
Fue una semana de locura, se ha consignado.
La inmensa mayoría de los mexicanos esperábamos con ansías escuchar la postura del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, en torno a lo ocurrido en Baja California. Algunos intuíamos lo que el Apóstol iba a declarar desde su pulpito mañanero y no nos equivocamos.
Su gesto cansino, altamente estudiado, sus evasivas y sus declaraciones pueriles, carentes de consistencia y de compromiso, su irresponsabilidad; su choro común.
No hay mayor problema expresó desde su pulpito. Culpó, como es su costumbre a medios de comunicación que no se pliegan a su mesianismo; a sus fantasmas, a sus hipotéticos rivales.
Mostró ante las cámaras su decrepites galopante y progresiva.
No hay ningún problema, expresó; cómo si con ello diera tranquilidad a decenas de miles de personas que padecieron los hechos y consecuencias de acciones delictivas, recurrentes y crecientes ante una complicidad del Estado Mexicano.
Cree que con ello da consuelo a los familiares de las victimas de la irracionalidad, como las de los cuatro trabajadores del gremio de la radio acaecidos en Ciudad Juárez.
No hay mayor problema, ha sido magnificado por algunos medios conservadores. Qué cobardía.
Piensa el señor, a quien todavía habremos de padecer por dos años más, que se le seguirá festinando y aplaudiendo.
Pueril el asqueroso argumento de sus aplaudidores. La violencia durará unos días, declararon algunas autoridades porque no quieren reconocer su fracaso y corregir sus estrategias.
Los mismos datos oficiales arrojan que entre el 10 y 14 de este mes, en el periodo de los bloqueos en cuatro estados del país ocurrieron 341 asesinatos. No hay mayor problema dice el Presidente.
El día de ayer, Mario Delgado Carrillo, dirigente de Morena, salió junto con todo el comité a denunciar que la oposición busca desprestigiar al Presidente mediante una campaña que calificó de mentirosa y carroñera, en relación a su fallida estrategia de combate al crimen organizado.
El argumento que dio este personaje es que rechazan que la Guardia Nacional sea parte de las Fuerzas Armadas en lugar de un organismo dirigido por un civil. Cree este parasito que a miles de mexicanos se les ha olvidado que en el año de 2017, siendo senador de la República, exigía que todo lo contrario.
Exigía, el cantante de bares de mala muerte, que los militares estuvieran en los cuarteles y no en las calles; que la G.N. fuera organismo civil.
Le apuesta a la desmemoria y tiene razón. Millones de mexicanos con tal de recibir la limosna aplauden al verdugo.
Mientras tanto el decrepito continua con su perorata: “Quiero decirle al pueblo de México que estén tranquilos, hay gobernabilidad, hay estabilidad y, al mismo tiempo, hay un interés de nuestros adversarios de magnificar las cosas”.
Ha de creer el ilustre gesticulador que si los medios críticos callan y los actores pensantes cierran los ojos el pueblo mexicano no sabrá lo que acontece en la realidad.
Qué imbecibilidad.
Lo bueno es que ya saltaron a la palestra personajes que lo están acusando de “traición a la patria”.
Dante Delgado Rannauro ha sido preciso y contundente, ahora solamente falta que lo lleve a los tribunales, pero no de México sino del extranjero. A los tribunales internacionales de La Haya y al interamericano de San José de Costa Rica.
Qué acabe lo que inició.
