Alejandro Rodríguez andaba amanecido en compañía de una joven dama, bebiendo cerveza.
Se les hizo fácil continuar la plática y la fiesta en la playa.
A pesar de los señalamientos de advertencia, ya que la playa de Olas Altas, por sus condiciones tenía colocada banderolas rojas, en señal de peligro; al joven de 25 años de edad, visitante del vecino estado de Durango, se metió a nadar.
Según la joven acompañante, ella le preguntó si realmente sabía nadar a lo que Alejandro respondió que sí.
Lamentablemente pereció ahogado.