- Tienen más de 20 años pescando, y en los últimos cuatro han luchado por sobrevivir.
- Mil 400 pescadores organizados ven con desesperación morir su producto.
Es cuestión de llegar a Teacapán, en el municipio de Escuinapa, al sur de Sinaloa.
En el trayecto se aprecian palmeras, construcciones de descanso para ricos o turistas de alto nivel económico; un paisaje marismeño y marino. Leves espejos de agua donde se puede pescar pero también algunas praderas donde pasta el ganado de buen rendimiento.
Antes de llegar al centro de la sindicatura, se tuerce hacia el camino de lado izquierdo que lleva a la zona conocida como La Brecha, campo pesquero donde se asientan tres cooperativas que agrupan a mil 400 personas que en esta temporada viven de la pesca.
Un tufo salobre invade el ambiente.
Y es que en esta zona pesquera se ha vuelto a presentar la mortandad de peces, camarón y jaiba.
Hay tristeza y desesperanza en el canal desde donde se puede apreciar una isla que más bien parece lengua de tierra cuyo mangle fue arrasado por los vientos de hace algunas pocas semanas.
Sobre el espejo de agua flotan las especies muertas: sábalos y curvinas. Cerca de la orilla hay una danza macabra: grupos de decenas de peces pequeños tratan de agarrar oxigeno abriendo sus bocas sobre la orilla.
Nadie puede precisar cuántas toneladas de producto han muerto.
“Llevamos cuatro años en que se nos esta muriendo la producción, mas o menos por la misma fecha. Nosotros culpamos a los viveros –granjas acuícolas- somos pescadores de toda la vida y antes de que hubiera la primera granja nunca había ocurrido esto”, nos comparte Marco Antonio Arias.
En el mismo tenor se expresan los demás.
“Aquí están haciendo viveros, todo eso está descomponiendo las bahías; los canales de desolación van tirando a la barra y eso esta azolvando la zona”, expresan.
En el sitio de arranque se aprecian pescadores aventando tarrayas y redes de mariposa y cucharones para ir sacando el producto muerto y depositarlo en las orillas; desde donde los llevaran a contenedores donde se acumulan en lo que se determina el polígono donde habran de ser encalados y enterrados.
Las mujeres ayudan en esa labor.
Piden apoyo del gobierno…en tanto ellos tratan de convencernos de que el producto es bueno pata el consumo humano, a pesar de que la COEPRISS encabezada por el burócrata Alán Urbina ya lanzó una alerta para evitar dicho consumo.
