- La joven promesa pasó de jugar la Copa Oro y los Olímpicos de Atenas a perder todo.
- “Me tomaba una botella de tequila diaria”, reconoció Juan Pablo García. Los problemas personales del azteca cortaron el éxito de su carrera. El “Loquito” jugó en equipos como el Atlas, Chivas USA y Tigres de la UANL.
Llegar al fútbol profesional no es para nada fácil. Cumplir los sueños futbolísticos es una meta que muy pocos pueden lograr. Sin embargo, hay jugadores que tienen el talento suficiente para progresar en el balompié, pero la fama y el dinero que el deporte genera no pueden controlarlo al punto de desbordarlos y hundirle su carrera, además de su vida personal. Este e fue el caso de Juan Pablo Gracia, ex jugador de la Liga MX.
El “Loquito” tuvo la oportunidad de vestir los colores de la selección mexicana en una Copa Oro y en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Aquel joven mediocampista tenía una carrera realmente prometedora, pero sus problemas fuera de las canchas lo desbordaron.
“Yo entre en la caída de tomar una botella de tequila diaria. Era depresión, tristeza, debilidad, culpa, el ‘¿por qué a mi?’, el auto sabotaje, el chantajismo”, reconoció García en una entrevista con TV Azteca Ajlisgo, recopilada por Fútbol Total MX.
El ex futbolista de equipos como el Atlas, Tigres de la UANL, Jaguares y Puebla, explicó cómo el poder mediático no lo pudo controlar. El mexicano reconoció los estragos que hizo el ego en su vida personal.
“Cuando eres futbolista no eres agradecido. Estás en una burbuja de ego, de vanidad, de pleitesía. Cuando la vida te aterriza y llegas con gente así (como albañiles), te das cuenta de que son seres humanos que te hacen ver cosas fascinantes. Llegas a entender que son gente bondadosa y muy trabajadora”, relató.
La vida del futbolista mexicano se enderezó
El “Loquito” García explicó que uno de los puntos críticos en su vida se generó en su matrimonio. Sus problemas con el alcohol motivó a su esposa a hacerle un ultimátum. A partir de aquí, el ex futbolista tomó verdaderas cartas sobre el asunto.
“Llegó el punto en que mi mujer me dijo: ‘si vas a seguir así, ahí estuvo’. Ahí me cayo el veinte y encontré otra sanción. Otra herida y tuve que trabajar en alcohólicos anónimos”, recordó.
García pasó de jugar el máximo torneo de Concacaf con El Tri a finalizar su corta carrera en 2014 con el conjunto de Venados de Mérida de la Liga Expansión MX.
