Cabalgando entre el pretexto y el disfrute.

  • Se consolida una tradición de dos décadas.
  • No solo acuden políticos a dejarse ver sino cabalgateros de diversas entidades.
  • La cacería de la imagen para el recuerdo y la exhibición de la querencia.

Desde los orígenes hasta la actualidad, lo que fue concebido como un convivio netamente familiar se ha convertido en un encuentro de carácter nacional, donde lo mismo se combinan la pasión ecuestre que el intercambio de experiencias, la exhibición de ejemplares, el convivio con la naturaleza y hasta el dejarse ver  y querer.

 

Eso los hermana.

De sonrisa fácil, Carlos Escobar Sánchez, heredero de una dinastía que no oculta su pasión por la tierra, el campo y el trabajo; expresa orgulloso, que esta cabalgata fue iniciada por su abuelo Don Joaquín Escobar (QEPD), quien la inició con sus amigos hasta convertirse en una tradición familiar, cuyos descendientes la han sostenido para mantener vivas todas las tradiciones sinaloenses, como son las cabalgatas.

Don Joaquín Escobar se dedicaba a la compra y venta de ganado en las comunidades de la región; desde La Noria y comunidades aledañas, donde se cabalgaba por días; de ahí esa pasión por realizarla al paso de los años; a grado tal que de un convivio familiar se fue convirtiendo en un acto que, año con año, ha sumado más y más participantes que rebasaron a los noventa descendientes hasta sumar a grupos de cabalgateros de lugares como Nuevo León, Zacatecas, la zona de la Laguna, Baja California y hasta Los Angeles.

Mientras charlamos con el empresario restaurantero, apreciamos en la zona de encuentro: el rancho Chuchupara, hoy conocido como Mister Lionso, a personajes del ayer y del presente; ganaderos, empresarios, gente del campo y iclaro! actores de la política.

En una mesa el ex gobernador Mario López Valdez, de rostro avejentado y cansado pero amable saludando a quien se le acerca a ese rincón; en tanto que su señora esposa, “la gobernadora” como le llamaba él; resintiendo la soledad que da la falta de poder.

En tanto, el gobernador Rubén Rocha Moya, el dueño de los hilos y las canicas, recorría el escenario saludando, acompañado de la secretaría de Turismo Estrella Palacios, la presunta aspirante a la alcaldía de Mazatlán; tratando de parecer cómoda y hasta aceptando en un momento convivir con los medios.

El Gobernador se instala en una mesa, mesa donde se encuentra quien en su momento dijo que el PRI era su vida y destino amar a su gente a tal grado que del estatal fue dirigente: Jesús Valdez Palazuelos, quien al ver al PRI por los suelos y su carrera política ya con pena decidió irse a Morena.

Otros personajes deambulan en Chuchupara buscando saludar y que los saluden como la diputada Celia Jáuregui y el ex diputado desempleado Mario González.

Sonrisas por aquí y por allá, mientras desfila la entrega de los vasos con café, galletas de animalitos en las mesas y los tacos.

Llega el mariachi en el momento justo: …los barandales del puente se estremecen cuando paso..morena mía dame un abrazo…

Esta especie de festival dura tres días y solamente se ha suspendido en los años 2010 y 2011 por la violencia que se vivía en esos años; y posteriormente por causa de la pandemia en los años 2021 y 2022.

Desde el rancho Chuchupura se sale hacia una brecha al mar, se toma rumbo sur por la zona de playa hasta el Emerald Bay, se coge una brecha hacia la izquierda para llegar al rancho El Palomo donde se hizo un descanso de convivencia para, posteriormente partir al Rancho Las Habas, donde se congregaron cerca de cinco mil personas.

Son cerca de dos mil cabalgantes y cinco mil asistentes a la fiesta.

Cabe señalar que es la primera vez que acude u  gobernador a la Cabalgata de la Familia Escobar.

Rubén Rocha Moya manifestó su gusto por las carreras de caballos y las parejeras, además de acudir a cabalgatas como las de El Tambor  y en algunas otras “cuando tengo chanza”.

Resaltó el valor histórico que ha estado adquiriendo esta cabalgata de los Escobar por ser histórica y atraer a gente de otras entidades  por lo que se puede promocionar como atractivo.

“Esta es una cabalgata histórica; vale la pena venirse a saludar a la gente y convivir con ellos; por eso yo le agradezco a Carlitos Escobar la invitación, se lo agradezco mucho”, señaló.

Por su parte, el alcalde de Mazatlán, Edgar González; quien lleva participando  a lo largo de 17 años en la cabalgata Guadalupana de la Hacienda del Tamarindo, en Rosario, comenta que este tipo de eventos fomentan la convivencia social e incluso pudieran promocionarse como un producto turístico ya que, en el caso de Mazatlán, es algo distinto a lo que tradicionalmente se ofrece.

 

La Cabalgata de la familia Escobar es un ejemplo de ello, en el sentido de que ha logrado al paso del tiempo que se integren grupos de otras partes del país, en una convivencia que dura hasta tres días.

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