- La disminución del caudal del río Presidio, agravada por el cambio climático y la creciente demanda, pone en riesgo el abastecimiento de agua de la ciudad.
La crisis hídrica que enfrenta Mazatlán exige una respuesta urgente y coordinada. La disminución del caudal del río Presidio, agravada por el cambio climático y la creciente demanda, pone en riesgo el abastecimiento de agua de la ciudad. Sin embargo, esta situación puede revertirse con acciones concretas.
Un análisis de vulnerabilidad al cambio climático, gestionado por Conselva, Costas y Comunidades A.C., reveló que la disponibilidad de agua en la región podría reducirse hasta en un 27.6% en los próximos años. Este problema se debe principalmente a la pérdida de cobertura vegetal en la cuenca del río Presidio, fuente principal de agua para la ciudad, que podría perder 21,241 hectáreas de vegetación para el 2030 debido a la expansión urbana.
Los resultados del estudio, presentados el 28 de enero por Pares, Paisajes y Personas Resilientes A.C., ante representantes de los sectores inmobiliario, empresarial, turístico, agropecuario y gubernamental en el Centro de Convenciones, también señalan otros impactos alarmantes. Entre ellos, una disminución del 7.8% en la capacidad de retención de sedimentos de la cuenca y una reducción del 8.2% en la captura de carbono, equivalente a 11.5 millones de toneladas de CO2. Estos cambios aumentarán la vulnerabilidad climática de Mazatlán, con un incremento de 41,970 personas en riesgo para 2030, llevando el total de habitantes en niveles de vulnerabilidad alta y muy alta de 102,337 a 144,307.
“Si no actuamos ahora, las consecuencias serán irreversibles para nuestra ciudad. La falta de agua no solo afectará nuestra calidad de vida, sino también la economía y el turismo, pilares fundamentales de Mazatlán”, advirtió Sandra Guido, Directora de Conselva.
Ante este panorama, es fundamental fortalecer la gestión del recurso hídrico, promoviendo la participación ciudadana y tomando decisiones basadas en evidencia científica. Algunas acciones clave son:
- Ahorro de agua: Adoptar hábitos de consumo responsable en hogares y negocios.
- Captación de agua de lluvia: Instalar sistemas para aprovechar este recurso natural.
- Conservación de ecosistemas: Proteger bosques y cuerpos de agua para garantizar su función ecológica.
- Participación ciudadana: Involucrar a la comunidad en la definición de políticas públicas relacionadas con el agua.
- Inversiones estratégicas: Mejorar infraestructura hídrica, fomentar tecnologías eficientes y restaurar ecosistemas.
- Planificación urbana integral: Regular el crecimiento de Mazatlán para asegurar una gestión sostenible del agua.
El Ayuntamiento de Mazatlán, IMPLAN y Conselva hacen un llamado a la ciudadanía, autoridades y empresas a sumarse a este esfuerzo colectivo. La conservación de la cobertura vegetal y la adopción de medidas sostenibles son esenciales para garantizar un Mazatlán resiliente y con agua para las generaciones futuras.