- En México, desde tiempos antiguos, el temazcal, “baño de vapor”, ha desempeñado un papel importante en la vida social, religiosa y de sanación
A diferencia del spa común, el estilo del temazcal prehispánico, que en los últimos tiempos toman popularidad, prometen la experiencia de regresar “a la paz del vientre materno”.
Sin necesidad de complicados sistemas hídricos, sin tuberías ni regaderas o humificadores artificiales, el temazcalli (del náhuatl: tema, “vapor”, y calli, “casa”) se realiza en medio de bosques alejados del ruido de las ciudades.
Se construye con palos de madera, sobre la tierra y se humifica con piedras calientes conocidas como “abuelitas” a las cuales se baña con salvia, romero, ruda, menta… En casos de urgencia de salud se usa cannabis.
En México, desde tiempos antiguos, el temazcal, “baño de vapor”, ha desempeñado un papel importante en la vida social,religiosa y de sanación. En la zona maya se conoce como chuj, en mam; chu, en kanhobalán; tuj, en quiché, y pus, en tzeltal
En este fotorreportaje, Eliú del Olmo (Tepeyolotli en su nombre nahuatl), heredero de la tradición, busca el mismo objetivo que sus ancentros en Los Dinamos, uno de los últimos bosques de la Ciudad de México.
“Nosotros seguimos pensando, como lo hacían nuestros antepasados, que entrar al temazcal significa entrar al vientre de la madre tierra, sanarse y salir renovado, con ganas de vivir, hacer, crear”.