- Conozca las preguntas (y, respuestas) más comunes sobre este proceso.
- Los mexicanos pueden decidir este domingo si López Obrador abandona su cargo o continúa hasta 2024. ¿Es un ejercicio de democracia o de populismo?
Por primera vez en su historia, México preguntará este domingo a su población si desea que su presidente continúe o no en el cargo.
La consulta de revocación de mandato llega al país presentada como un ejercicio de democracia y con el firme apoyo de su presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), gran defensor de preguntarle al pueblo sobre diversos asuntos de su gobierno.
Sin embargo, la iniciativa cuenta con un importante rechazo de quienes consideran que esta consulta no es necesaria y que solo persigue reafirmar la imagen del mandatario, quien continúa gozando de alta aceptación popular según encuestas.
Celebrada anteriormente en países como Venezuela o Bolivia, los mexicanos deberán escoger en esta consulta entre dos opciones que definirán el futuro de AMLO: “que se le revoque el mandato por pérdida de confianza” o “que siga en la Presidencia de la República” hasta su final de mandato en 2024.
Pero ante la baja posibilidad de que gane la opción de que se vaya, la verdadera batalla se centró estas semanas entre quienes promueven el voto por mantener al presidente y entre quienes llaman a la abstención. De hecho, la campaña por votar a favor de revocarlo ha sido prácticamente inexistente.
Cuál será la participación, por lo tanto, es hoy por hoy la mayor de las claves. Para que el resultado sea vinculante, es necesario que lo haga al menos el 40% del electorado. En la consulta que planteó el año pasado la posibilidad de investigar a expresidentes, la primera realizada al amparo de la legislación, votó menos del 8%.
Sin embargo, AMLO se comprometió a acatar el resultado de esta próxima consulta sin importar la cifra de asistencia a las urnas. “Aquí, bajo palabra de honor, por mis convicciones, por mis principios, por mis ideales, si la gente vota por que renuncie, me voy, no espero, no le hace que no sea el 40% del padrón que participe”, dijo.
Estas son algunas de las preguntas (y respuestas) más frecuentes sobre la primera consulta de revocación de mandato presidencial en México.
- ¿Por qué AMLO apoya una consulta que puede costarle la presidencia?
“Primero, porque él sabe que no le va a costar la presidencia. Y segundo, porque el populismo requiere de pleito y polarización”, responde Luis Carlos Ugalde, expresidente del Instituto Federal Electoral mexicano.
“Y aunque contaba con que habría muchos partidos promoviendo la opción de que se fuera y eso le iba a dar gasolina para hacer un pleito nacional, casi nadie ha promovido ese voto”, dice en conversación con BBC Mundo.
Pero los defensores de la consulta aseguran que su objetivo no es otro que el ser un ejercicio democrático al servicio del pueblo.
“Desde que el presidente empezó su lucha social hace más de 30 años siempre ha promovido la democracia y cree que si los gobernantes no cumplen, los ciudadanos pueden quitarlos. Él dice ‘el pueblo pone y el pueblo quita’”, afirma Gabriela Jiménez Godoy, presidenta nacional de la asociación civil Que Siga la Democracia.
“Él se pone como ejemplo para ser el primero [la reforma constitucional sobre la revocación de mandato apenas entró en vigor en 2019], pero lo que queremos es que esto se aplique también para los siguientes presidentes”, afirma.
Esta asociación fue la que consiguió la mayoría de firmas presentadas ante el Instituto Nacional Electoral (INE) para solicitar la consulta. Ha sido señalada por tener vínculos en el pasado con Morena, el partido de AMLO, ya que la ley prohíbe que las formaciones políticas sean promotores de la revocación.
“Tengo algunos exdiputados en mi equipo pero hoy no lo son, son ciudadanos. Lo que es importante es que hoy nadie tenga un cargo público para que no tengamos uso de recursos públicos”, responde tajante su presidenta en entrevista con BBC Mundo.
- ¿Por qué es poco probable que AMLO pierda?
La gran aceptación popular de AMLO hace prácticamente imposible un resultado desfavorable para él.
Según un sondeo de Consulta Mitofsky publicado en la primera semana de abril, su aprobación es del 60,4%. Una encuesta publicada por el diario El Financiero el 4 de abril la ubicaba en un 57%.
“Es por eso que esta consulta es innecesaria en este momento, porque tenemos un presidente popular y un país estable. No veo para qué usar un instrumento hecho para situaciones de crisis y para ser usado por quienes han perdido la confianza en el presidente y quieren removerlo”, reflexiona Ugalde.
El actual director de la empresa de inteligencia legislativa y política Integralia Consultores asegura que “esto no es para medir si va bien o va mal. La consulta es para quitar a alguien porque pone en riesgo al país”.
Paradójicamente, la principal asociación promotora de esta consulta de revocación no persigue que AMLO abandone su puesto, sino que lideró la campaña a favor de que permanezca en su puesto.
“El objetivo no es demostrar la popularidad del presidente, para eso están las encuestas. Lo que queremos es sentar precedente para ejercer este derecho como ciudadanos, que López Obrador sea el primer presidente en someterse al ejercicio para que también pueda aplicarse en el futuro a gobernadores y presidentes municipales”, responde Jiménez Godoy.
- Pero ¿qué pasaría si AMLO pierde?
Dania Ravel, consejera electoral en el INE, señala dos artículos como base para entender qué ocurriría en el poco probable escenario de una votación mayoritaria por la revocación de mandato de AMLO.
“El artículo 84 de la Constitución establece que la persona que ocupe la presidencia del Congreso de la Unión asumirá provisionalmente la titularidad del Poder Ejecutivo [presidencia del país] para que, en los 30 días siguientes, el Congreso nombre a quién concluirá el período” como mandatario, apunta.
El artículo 9º de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, por su parte, declara que “el Congreso General, constituido en Colegio Electoral, con la concurrencia de por lo menos las dos terceras partes del total de sus miembros, nombrará Presidente interino de la República. El nombramiento se otorgará en escrutinio secreto y por mayoría de votos de los miembros presentes”.
Tras las elecciones intermedias del año pasado, Morena y sus aliados perdieron la mayoría calificada (dos tercios) del Congreso, pero aún suponen más de la mitad de los representantes de la Cámara.
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“Debería haber elecciones extraordinarias para elegir al sustituto. Si Morena pudiera poner al sustituto de López Obrador, ¿dónde está el cambio? Si el pueblo pone y el pueblo quita, el pueblo es el que debería volver a poner. Es todo una contradicción”, critica Ugalde.
El experto pronostica que, en caso de ganar la revocación, México podría verse en un escenario de “inestabilidad política” hasta 2024 en el que el nuevo presidente elegido “podría radicalizarse aún más”.
- ¿Y por qué la oposición promueve no participar?
Ante este panorama, la opción que popularmente más se ha promovido frente a la continuidad de AMLO no es la de votar por su revocación, sino la de no participar en la consulta.
Ugalde asegura que no votará porque no se trata más que de “un mitin político, un ejercicio de propaganda para ratificar al presidente y medir qué tan querido sigue siendo” y porque ninguna de las opciones de la papeleta electoral le representa.
“Yo soy crítico del gobierno como muchos otros, pero eso no significa que quiera que deje su puesto ahora. Pero si voto para que se quede, el presidente dirá que estoy a favor de su gobierno. No me veo representado en las opciones y por eso creo que la abstención es la mejor forma de participar”, explica.
Ante las críticas de que la consulta no sea más que una propaganda del gobierno disfrazada de ejercicio de democracia y de que hay asuntos más importantes en México que atender, Jiménez Godoy responde que todo es “una estrategia de la derecha para deslegitimar un trabajo de la ciudadanía”.
“Este ha sido un trabajo que hemos hecho millones de personas para promover la democracia. Creemos que México debe avanzar a una democracia más directa y participativa y que las consultas ciudadanas sean más comunes en nuestro país”, afirma.
- ¿Qué participación se espera?
Ante este escenario, el dato de participación será el más esperado en la noche del domingo y la clave para saber qué lectura le darán a la consulta sus partidarios y detractores.
La baja afluencia de votantes lograda en la consulta para juzgar a expresidentes del año pasado puede sentar un mal antecedente. Dos meses antes, sin embargo, las elecciones parlamentarias atrajeron a más de un 52% de electores.
Jiménez Godoy, de Que Siga la Democracia, reconoce que será difícil llegar al 40% que haría vinculante el resultado y pronostica la participación de unas 30 millones de personas [algo menos del 33% del electorado], apuntando como motivo a “los obstáculos del INE” que “en todo momento quisieron suspender este proceso”.
El duro enfrentamiento entre el organismo electoral y los promotores de la consulta -incluido el propio gobierno- ha sido público y notorio, llegando incluso a ser necesarios los posicionamientos de Fiscalía y Suprema Corte entre denuncias y acusaciones mutuas.
Inicialmente, el INE solicitó 3.830 millones de pesos (unos US$190 millones) para organizar la consulta, pero la cantidad autorizada por la Cámara de Diputados fue mucho menor.
“A pesar de eso, seguimos adelante con este ejercicio con los recursos con los que contábamos. Ha sido un proceso francamente muy complicado”, reconoce Ravel, consejera del INE, en entrevista con BBC Mundo.
Finalmente, asegura que debido a este menor presupuesto, el INE desplegará unas 57.500 casillas electorales para votar, lo que supone poco más de la tercera parte del número instalado en una elección federal.
El INE instalará miles de casillas para votar menos que en la elección parlamentaria de 2021.
Ugalde, en cambio, calcula la participación del domingo entre “el 12 y 15% del electorado”, pero cree que eso no logrará que AMLO reconozca el fracaso de la iniciativa.
“Él acusará de que el pueblo quería hablar, pero que el INE bloqueó esa participación, y fin de la historia. Va a ser un hecho irrelevante, que no va a trascender y en dos semanas se habrá olvidado. Igual que pasó con la consulta de expresidentes, donde él se olvidó del tema a los dos días”, concluye.
AMLO, de momento, aseguró que votará en la consulta “porque un demócrata tiene que participar”, pero no escogerá ninguna de las dos opciones. En su lugar, anunció que en la papeleta escribiría “Viva Emiliano Zapata”.
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