¿Qué clase de sociedad queremos?
Ulises Milán*
Cuando hablamos de domesticar al mercado, luego se viene a la mente el “socialismo”, pero ¿qué tipo de socialismo?, ese que nos recuerdan el libros sobre el materialismo dialectico, o en definiciones de sociología sobre el termino; en su caso socialismo se construye desde la perspectiva de una narrativa histórica e ideológica, que hoy tiene variantes en su concepción o camino del porqué ese modelo y qué tipo.
Pero ¿por qué estoy hablando de socialismo?, porque es el camino que se ha probado en modelos de gobierno y la forma de aplicar políticas públicas en donde se acota al capitalismo, o al capital; hablamos de este último como parte de la transformación del socialismo, porque sin duda no podríamos hablar de un entendimiento, o en muchos de los casos confrontación entre ambos.
Quién de ustedes ¿quiere libre mercado?, ¡yo sin duda!; pero hasta dónde queremos el libre mercado, sólo para ganar dinero y que exista más pobreza y ¿grandes empresas explotando a los más desfavorecidos?, sin duda no es el camino que desean la mayoría de los mexicanos que están en pobreza o alguna de sus clasificaciones.
Sin duda domesticar al capitalismo es incluir al Estado, pero qué tipo de Estado; uno benefactor que sea redistributivo solamente, o uno que sea productivo y redistributivo a la vez. Ejemplos de lo que llaman en sus discursos “Estado de Bienestar”, no se aplica en la realidad igualmente en Venezuela, México hoy con la 4T, España o Finlandia.
Qué hay de diferencia y porqué en unos países funciona de una manera en que el capital parece estar comprometido con el desarrollo, pero un desarrollo de tipo menos negativo o “depredador”; donde pueda un comerciante local vender sus productos y no tenga el riesgo de quedar desempleado por el crecimiento exponencial de una empresa digamos de productos y servicios que deje afuera a una familia promedio.
Sin duda, un ejemplo puede ser el sur de Sinaloa y es que insisto mucho en el sur de Sinaloa, porque ahí es donde tengo una experiencia de lucha por una de las mayores obras hidroagrícolas que traerán desarrollo a los pueblos y a diversas actividades productivas, que se traducirá en bienestar para mucha gente.
Pero si en este desarrollo de la Presa Santa María por ejemplo, sucede que las mineras siguen controlando gran parte de la deforestación y contaminación ambiental, con residuos que pueden poner en peligro la salud pública, y no se tiene ningún control de parte de las autoridades encargadas de regular dichas acciones de explotación; estamos en espera de un problema, que desencadenaría una multitud más.
El capital quiere crecer, es expansionista, quiere producir, más y más; pero ¿cómo quiere seguir ese camino?, con la anuencia del gobierno y la libertad de hacer lo que deseen sin regulación o un compromiso legal que otorgue garantías de desarrollo e inclusión a las comunidades que se encuentran alrededor de estas grandes empresas.
Usted suba a la sierra y verá la pobreza y la falta de oportunidades, y no solo eso; verá el control no solo del capital, si no del control de fuerzas como lo es el narcotráfico.
Aquellos que piensen que domesticar al capitalismo es incluir discursos “bananeros” de “los “yanquis son nuestros enemigos o hasta la muerte con la revolución”, creo que primero debieran de reflexionar sobre qué tipo de revolución necesitan para evolucionar a una sociedad que no solo obtenga desarrollo, sino que siembre el bienestar para los demás; es aquí donde tenemos problemas en la política y en el modelo económico.
Si en el caso del sur de Sinaloa, llega el desarrollo económico, “el capital”, pero no llega el desarrollo social y humano, las garantías de instituciones que brinden esa seguridad que ante el Estado necesitan los ciudadanos; entonces habremos fracasado nuevamente en solo observar como eso que llamamos la hora del sur sur, sucumbe ante quienes solo ven el crecimiento de sus ganancias por encima de un bienestar que debe ser compartido, inclusivo y en ello, observar una oportunidad para que esas comunidades, construyan su futuro hoy y mañana cuando se construya y se consolide la Presa Santa María.
Acotar al capital no es enfrentarlo, con un modelo radical de socialismo, que muchos piensan debiese ser así; pero hay quienes por ejemplo hablan de libertad en aras de un capitalismo depredador; y entonces se confunde en quienes defienden la libertad y quienes quieren el socialismo o un tipo de modelo como el socialdemócrata.
Tenemos el caso de Venezuela, que se ha declarado socialista tras la caída del muro de Berlín, pero incluso los países que intentan implementar un modelo socialista lo desestiman como un modelo a seguir, que ha causado el germen del autoritarismo.
Entonces debemos ser muy cuidadosos sobre qué tipo de modelo queremos construir hacia este 2021, cuáles son los retos que estamos enfrentando y cuál es el lenguaje que debemos conocer para quienes hemos firmado un contrato social en el modelo democrático.
Por ahí hablaré de otros conceptos que pueden ser interpretados desde la izquierda o la derecha, si así quieren llamarle, sobre la: Libertad negativa, del liberalismo; a ¿qué clase de libertad se refieren?.
*L.C.C Héctor Ulises Milán Guevara/ Gerente Ejecutivo de USCADSIN Unión de Sociedades Cooperativas y Actividades Diversas de Sinaloa y Nayarit/ Ex asesor de legisladores del PAN/ Columnista en medios digitales/ Integrante del Fondo de Agua y Cobalpre Comité Baluarte Presidio/Integrante de COADES Confederación de Organizaciones Acuícolas del Estado de Sinaloa/ Integrante del Comité Sistema Producto Camarón de Cultivo del Estado de Sinaloa/ Fundador y Presidente del “proyecto” UNIDAD DEMOCRÁTICA SINALOA El dialogo es contigo x “Juntos por la Libertad” (Movimiento político ciudadano).
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