RUMBO POLÍTICO LA TRANSFORMACIÓN ES DE TODOS Y LA SOBERANÍA ALIMENTARIA ESTA EN LA AGENDA

Ulises Milán*

Mazatlán, Sinaloa; Muy buen día estimados lectores, de nueva cuenta aquí estoy escribiendo para ustedes y deseándoles como siempre que cumplan todos los sueños y metas en su vida. ¡LES MANDO UN ABRAZO, ANIMO!

 

Avanzar bajo los lineamientos del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024; en áreas tan importantes como lo es el sistema alimentario, es mucho más que incorporar a un sector productivo; estamos hablando de retos endógenos y exógenos que colocan a este nuevo gobierno en una posición para evaluar lo que hay y lo que se puede hacer con ello. En este contexto, la acuacultura se coloca como una actividad no reglamentada como prioritaria para la soberanía alimentaria que en este nuevo termino las acciones de política pública que se ejercen a través de las Secretarías como la SADER; no aparece la acuacultura como una actividad primaria fundamentada en el artículo 27 constitucional y las demás leyes que le preceden.

Se tiene una parcialidad en la construcción de esta actividad y su estructura jurídica legislativa y sobre lo que representa para el país. Aquí, caben diversas interpretaciones del cómo, dónde y porqué esta actividad aún no aparece en el 3er párrafo de la constitución o en la fracción 20 de la Ley General de Desarrollo Rural Sustentable.

Existe la voluntad de avanzar por una autosuficiencia en la producción de camarón por ejemplo, que hoy no se tiene; esta es una línea de la política nacional hacia los sectores productivos, pero para ello hay que buscar las condiciones y generar, reactivar gran parte de la infraestructura que ya existe. Otro punto referencial es que, no todos los productores que son acuacultores son grandes empresarios o tienen granjas tecnificadas; por ello es que dentro de las líneas de acción que se aplican en los distintos programas o componentes se busca flexibilizar para poder terminar de desarrollar una estructura mínimamente productiva para abastecer la demanda nacional. Aquí juega un papel importantísimo la aplicación de los recursos a proyectos que son productivos y que son ejecutados con transparencia y con una lógica desde su origen, desarrollo y su proceso de crecimiento.

Es positivo escuchar de propia voz de los directores de Conapesca, Comisión Nacional de Pesca y Acuacultura Sustentable que, hay retos como administración que son importantes y se ésta trabajando en ello; temas como la supervisión de la entrega de recursos o la anterior aplicación de recursos a proyectos acuícolas que son elefantes blancos y que producen no con referencias de la capacidad de inversión en su proyecto, si no con números que fueron expuestos por ejemplo y que hoy son números que no corresponden a una realidad que se enfrenta en materia de sostenibilidad.

Para darle mayor certidumbre al camino que se enfrenta para los productores acuícolas del sector social cooperativista y del sector privado, tenemos una figura que fue creada para fortalecer y asegurar parte de este crecimiento productivo que, durante años estuvo detenido presupuestalmente; pero que hoy la discusión está en la mesa y es una de las líneas a impulsar. El PROMAR o Fondo Mexicano para el Desarrollo Pesquero y Acuícola.

Dicho mecanismo, no es la panacea, ni la solución inmediata a los problemas del sector; sin embargo es un aliciente para poder servir como herramienta de impulso a los productores pequeños o del sector social; quienes generalmente están conformados en las Sociedades Cooperativas y que necesitan una inyección de recursos para poder reactivar sus granjas bajo los distintos modelos que se ejecuten según sea el modelo productivo y especie.

La construcción de todo este proceso requiere de una pulcritud en la conformación de dicho comité mixto por ejemplo, mismo que lo establece el artículo 26 de la Ley General de Pesca y Acuacultura, más no explica exactamente cómo estará conformado; aquí es donde el sector social cooperativista debe agruparse y poner en la mesa una propuesta para el desarrollo e impulso de este sector y ello sea una condición para poder clasificar las necesidades, llevar a consenso y que su aplicación sea totalmente transparente.

Hoy, más que nunca revive como una herramienta para la capitalización del sector acuícola y claro que abonará al ordenamiento, debido a que muchos productores por ejemplo que no tienen aún un RNPA (Registro Nacional de Pesca y Acuacultura) deberán interesarse por estar empadronados como parte de los productores nacionales y por ende buscar ser apoyados o entrar en esta bolsa que a consideración del mismo consejo evaluará las prioridades y así se podrá acceder, bajo las reglas de operación que se apliquen a concursar por dicho apoyo.

Crear un sector acuícola fuerte que garantice la seguridad alimentaria, no es tarea fácil y es necesario que se considere su adecuación a una excelencia de organización, normativa y por supuesto una amplía oportunidad de poder acceder a innovación así como de garantizar que el Estado y los privados trabajan bajo una línea de concurrencia comercial o de necesidad mutua; siendo la bandera a encabezar precisamente la: soberanía alimentaria.

*L.C.C asesor de legisladores en temas pesqueros y acuícolas, Gerente Ejecutivo de USCADSIN Unión de Sociedades Cooperativas y Actividades Diversas de Sinaloa y Nayarit.   

 

 

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