El orgullo levanta imperios, y los tumba. Rompe matrimonios, provoca invasiones y divide sociedades del IBEX. En el fútbol de elite, el de los millones de euros, también sigue importando. Cristiano Ronaldo ha construido su imperial carrera gracias a sus piernas, su talento y, sobre todo, a su orgullo personal. Se empeñó, cuando era un nene enclenque de Madeira, en convertirse en un astro del balón y empezó a correr hacia su objetivo. Hoy, con 33 años, decide cerrar la puerta del Real Madrid, el club con el que formó una simbiosis ganadora, para buscar nuevos desafíos en la Juventus, otro escudo de bandera. Una mudanza inteligente hacia una camiseta que le va a permitir seguir en la elite sin la exigencia de la Liga española. Su marcha deja en el Madrid el mayor traspaso de la historia del club, récord acorde con la altura del personaje: el futbolista más importante de la entidad junto a Alfredo di Stéfano.
Juventus hizo historia el martes al fichar a Ronaldo a cambio de 112 millones de euros procedente del Real Madrid y al ofrecer al portugués un contrato de cuatro años, según los datos oficiales difundidos por el club en un comunicado.
La camiseta número 7 de Ronaldo está a la venta desde la tarde italiana del martes y la gran petición de esta elástica ha provocado que la tienda online de Juventus, a la que se puede acceder desde la web oficial del club turinés, se haya atascado y bloqueado.