Consenso: Mazatlán, paraíso de la división.

Alberto Aguilar.

 

Los porteños siempre han estado divididos.

En el gremio hotelero hay dos grupos; los de muchas estrellas y los de menos estrellas. En el transporte de alquiler, también; los rojos y los verdes. En la Alianza de urbanos, ni hablar; la Águilas y los de la Alianza de Camiones Urbanos.

Y asì pasaríamos varias horas hablando de las divisiones grupales sobre las que descansa la sociedad mazatleca.

El pasado viernes, otra vez salió a relucir la división entre los porteños.

Durante el evento de la colocación de la primera piedra para la construcción del Acuario Mar de Cortès, mostraron “el cobre” un grupo de ambientalistas que en su afán por defender la Laguna del Camaròn, se apersonaron con pancartas y mantas para gritar consignas contra los funcionarios Miguel Torruco, de turismo federal, el gobernador Quirino Ordaz Coppel y el alcalde Luis Guillermo Benìtez Torres.

Los reclamos de los inconformes eran sobre la transformación que ha sufrido la Laguna del Camaròn, que pasò de ser una laguna receptora de desechos de drenaje de varios hoteles asentados a los márgenes del cuerpo de agua, (la maleza que ahì cooperaba con las maldades contaminadoras de los establecimientos aledaños, pues no se observaba bien lo que ahì escurrìa) a un espacio limpio y saneado.

Con el cambiazo que se originò, es decir, con la construcción de la avenida Bahìas y hoy con la construcción del Acuario, la contaminación de la Laguna que hasta el mismo Acuario agarraba de vertedero de desechos, se acabò.

El proyecto es excelente¡. Bienvenidos màs proyectos como estos y “malvenidos” los grupos opositores al desarrollo de Mazatlàn como destino turístico.

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